Saude
Dudas sobre hábitos alimenticios y sus respuestas: ¿Se puede lavar el jamón con gomosidad?
Qué alimentos guardar o no en la heladera y cómo conservarlos correctamente siempre es motivo de debate, donde más de uno tiene y comparte sus tips. ¿Cómo conservar los huevos? ¿Se lava la carne? ¿Se lava el jamón con gomosidad? ¿Se corta el pan con moho y se come el resto? En esta nota te aclaramos algunas dudas.
La tecnóloga en alimentos Dalma González, en contacto con radio Monumental 1080 AM, dio una serie de recomendaciones a la hora de conservar y manipular correctamente los alimentos para evitar problemas estomacales o de salud a la larga.
Una de las preguntas que más de uno se hizo es si el huevo se guarda o no en la heladera y si se debe lavar o no.
Al respecto, la ingeniera aclaró que este alimento, consumido diariamente por muchos en el desayuno, almuerzo, merienda o cena, pueden ir fuera de la heladera si será consumido en un periodo de una semana. Caso contrario, debe ir en la heladera.
“Nuestra temperatura ambiente en la casa llega a los 45 grados de sensación térmica y ya es una temperatura de riesgo. A esa temperatura se multiplican los microrganismos”, expresó e indicó que la forma correcta de refrigerar huevos es guardándolos en un recipiente con tapa.
Siguiendo con la recomendación, dijo que los huevos tampoco se lavan, ya que los industrializados pasaron por una inversión de limpieza especial.
En otras palabras, los huevos que vienen con un poco de plumas o heces de las gallinas pueden ser almacenados tranquilamente en el refrigerador.
“Hay que tener en cuenta que los huevos tienen poros, que si yo empiezo a fregar, todos los microrganismos voy a empujar dentro del contenido del huevo”, manifestó. Lo que sí se puede hacer es pasar un tapo o lavarlos, pero solo antes de consumirlos.
¿Qué hacemos con las carnes y cómo descongelarlas?
González dijo que las carnes no se deben lavar sin importar su origen y dio un consejo para descongelarlas de forma correcta.
“Lo ideal es pasarlas a la heladera un día antes u horas antes. Bajo (la carne) del congelador, la pongo en un bol y la dejo estacionar en la heladera para que no exista un riesgo de proliferación bacteriana demasiado importante”, especificó.
Todo esto es para evitar al máximo la proliferación de los microorganismos dañinos. “El alimento no nos tiene que hacer daño, el alimento tiene que hacernos bien a la salud”, reflexionó.
¿Qué hacer con el asado que sobró?
Siguiendo con los consejos, la tecnóloga de alimentos habló sobre la mejor manera de guardar el asado o cualquier alimento que sobró de un almuerzo o cena.
“Sea carne, guiso, lo que sea; tengo que dejar humear para que baje un poco la temperatura. Si guardo caliente, va a dañar mi heladera. Estaciono 40 minutos, guardo en un táper bien protegido y luego guardo en la heladera”, puntualizó.
La profesional advirtió que “el horno no es una heladera que nos va a proteger los alimentos”.
¿Y la salsa que te sobró del lomito?
A la hora de comer un lomito, nadie se limita al momento de servirse aderezos. Para sorpresa o tristeza de muchos, las salsas elaboradas de forma casera no deben ser conversabas.
“Los aderezos o salsa de ajo que te sobraron del lomito se deben desechar. Esas salsas caseras solo duran 24 horas. Más aún las mayonesas caseras hechas a base de huevo”, aclaró.
En otro momento, dejó bien en claro que el jamón ya no tiene que ser consumido de ninguna forma cuando presenta cierta gomosidad.
“El jamón es un alimento del cerdo y mucho más sensible. Hay que tener especial cuidado con los alimentos que provienen del cerdo, ya que tienen bacterias mucho más peligrosas que nos pueden causar daño”, se explayó.
Fue tajante al indicar que no recomienda lavar las fetas de jamón.
Las tapas de mermelada y el pan con moho
El budín de pan definitivamente no es una opción para aprovechar este alimento cuando vemos moho en él.
“No recomiendo consumir. El moho que yo veo en el pan es una parte pequeña de ese microorganismo. Esos microorganismos no mueren en el horno o la tostadora”, puntualizó.
Otro dato útil guarda relación con el mundo de las mermeladas, quesos o cualquier alimento que viene en un pote o frasco que tiene un sello de aluminio.
Las tapas de aluminio de las mermeladas u otros alimentos se desechan, ya que eso es solo una garantía de que el producto vino cerrado y sellado.
“Una vez abierta dejó de cumplir su función. Solo la tapa a rosca queda”, finalizó.
UH
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